Reproducimos a continuación algo de lo más nítido que se ha dicho nunca sobre el proceso de la creación artística, conteniendo una recordatorio importante con la semejanza con el trabajo de investigación científica.
"El
artista es hombre de laboratorio. No es ninguna oficina de propaganda a la que
se encargue la difusión de arbitrariedades. El artista trabaja y piensa por
cuenta propia, y el único intervencionismo correcto con que estoy de acuerdo es
el que se protege y fomenta esta libertad. El artista únicamente conseguirá
resultados positivos si trabaja en su tarea solitaria de investigador, paralela
– aunque no igual – a la forma de trabajar del hombre de ciencia, y sólo la
experimentación cotidiana y el hecho de estar constantemente en estado de
alerta harán que, a veces, en el momento más impensado, se produzca el milagro
según el cual unos materiales, que por sí solos son inertes, empiezan a hablar
con una fuerza expresiva que difícilmente puede compararse a ninguna otra cosa.
Si ocurre esto, el artista ha hallado la adecuación entre el contenido y la
forma. Todo lo que no sea así, a mi entender es vivir de prestado. Si de lo que
se trata es de fomentar una visión de la realidad, si se trata de ganar poco a poco
terreno a la oscuridad que nos rodea, no podemos contentarnos con manipular
formas caducas y tópicas, ya que a un contenido nuevo debe corresponder,
naturalmente, una forma nueva. El artista lo ha de inventar todo, ha de
volcarse íntegramente hacia lo desconocido, despreciando todo tipo de prejuicios,
incluso, en mi opinión, el estudio de las técnicas y el uso de materiales
considerados tradicionales. (…)"
copiado de
ANTONI TÁPIES: La Práctica del arte - ed. Ariel, 1971
pronunciado originalmente por Tápies en una conferencia en el Palacio de la Magdalena de Santander, en el mes de agosto 1955.